La Crinolina o Miriñaque, fue una prenda que facilitaba el volumen en las faldas, en forma de jaula. Formada por varillas flexibles de acero unidas entre sí por bandas verticales y anchas de tela.
Se puso de moda a lo largo del siglo XIX
La imposibilidad de definir un modelo único para el traje tradicional aragonés es evidente desde el punto de vista geográfico, puesto que en las diferentes comarcas de nuestras comunidades, las formas de vestir no han sido en absoluto las mismas.
En Gran Bretaña sobre el año 1929 el "Partido de la Reforma de la Vestimenta Masculina" apoyó la ropa holgada, los pantalones cortos o calzones, las medias altas y las sandalias.
La aplicación de los tintes sintéticos en los tejidos influyeron en su colorido, ya que hasta entonces eran teñidos con productos naturales. Se comenzaron a utilizar en la moda femenina, a mediados del siglo XIX